domingo, 19 de abril de 2015

PROFECÍA. Ejercicio del Taller de escritura de cuento La argamasa

 Ya había cumplido los doce años y como varón de esa edad, le había llegado el momento de considerarse hombre. La ceremonia en la sinagoga unos días antes había sido muy emotiva para su padre y para Miriam, su mamá, que la había visto desde el piso de arriba junto con las otras mujeres de la familia sabiendo que ese era el comienzo de una etapa esperada.


Cuando esa mañana despertó vio que el día estaba claro y tibio y que, como ya lo habían empezado a hacer unos días atrás, ayudaría a su padre con el trabajo. El hombre era carpintero y amaba enseñarle a su hijo la tarea que también había aprendido a su edad.


Miriam los veía trabajar desde la ventana con cierta tristeza. Ella sabía. Sabía. Por eso quiso gritar cuando el joven Jesús tomó unos cuantos clavos y una enorme maza para unir las maderas que su padre sostenía.


“No tengas miedo”, sugirió el hombre. Entonces madre e hijo se miraron pensando en lo que vendría.




Copyright©Silvana Buono. Abril, 2015


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