"¿Quiénes somos cuando nos cambian las circunstancias?"
Esta es la pregunta que se lee en la contratapa de esta novela ganadora del Premio Alfaguara de novela de 2017. Podríamos agregar ¿Cambiamos también nosotros junto con las circunstancias?
Hay muchos interrogantes que se desprenden de esta gran novela de un autor que parece volver al ruedo literario con todo.
Desde el principio, el narrador protagonista nos hace preguntarnos (le) por qué se plantea estas cosas :
"Nuestro optimismo no está justificado, no hay señales que nos animen a pensar que algo puede mejorar"¹
Con esta frase del comienzo se disparan muchas de las preguntas que nos vamos a ir haciendo los lectores. Preguntas que quizá no tengan respuesta pero que nos quedarán rondando aún después de terminadas las doscientas diez páginas de la novela.
El narrador nos habla de una guerra que lleva diez años pero ¿qué guerra se lleva a los dos hijos de este matrimonio que espera el retorno casi sin esperanzas de que suceda? ¿Quién gana, quién pierde? No hay respuesta. La comarca debe evacuarse, esa es la única certeza.
El narrador nos habla de una guerra que lleva diez años pero ¿qué guerra se lleva a los dos hijos de este matrimonio que espera el retorno casi sin esperanzas de que suceda? ¿Quién gana, quién pierde? No hay respuesta. La comarca debe evacuarse, esa es la única certeza.
Hay una sola alegría que mantiene por algún tiempo, unido a este matrimonio un tanto particular, formado por una mujer de sociedad y un ex peón que supo subir de categoría y llegar a la dueña del campo en el que trabajaba y es la aparición de un niño que no habla, del que nada saben ni sabemos. Un niño que es su esperanza y el motivo de sus risas.
Con misterio, personajes verosímiles y una narración ágil y entretenida, Andrea Ferrari acerca a los adolescentes al género policial logrando que se metan en la historia y se sientan parte de ella. Lo importante: los adultos también podemos disfrutarla mucho.
Podríamos pensar esta novela como una alegoría de la manipulación de las conductas humanas en la que la ciudad transparente que conoceremos parece ser el lugar ideal para empezar la nueva vida obligada de aquellos habitantes de una comarca que ellos mismos destruyeron.
Desasosiego. Eso es lo que nos deja esta imperdible novela del autor madrileño que podríamos llamar distópica y en la que se ponen en juego las miradas de los otros, la paternidad y el prejuicio. Desasosiego, angustia y la lectura de una prosa dura pero efectiva. Suficiente como para no defraudarnos.
¹ LORIGA, Ray, Rendición, Bs As, Alfaguara, 2017, p. 11
http://treninsomne.com.ar/rendicion.html